domingo, 1 de julio de 2007

Un trozo de cielo azul


¿Por qué buscamos el sol? ¿Por qué miramos arriba a cada rato buscando ese rayito de sol? Queremos que haga calor e ir a la playa, nos quejamos cuando llueve y hace frío, pero en el fondo buscamos ese sentimiento cálido y acogedor que a veces no encontramos dentro de nosotros. Ahora, a mediados de noviembre y aún esperando la lluvia, nos preguntamos por qué no llueve, cómo es posible que haga este tiempo en Galicia a estas alturas del otoño, casi invierno. Sin emabargo es cierto, esa bola de fuego nos sigue acompañando cada día y la admiramos maravillados y sorprendidos, pero ¿no echáis de menos las nubes, el cielo gris de Galicia que amenaza chaparrones y nos recuerda que no salgamos a la calle sin un paraguas o un gorro de lluvia? Yo sí. Supongo que el tiempo y las heridas, las cicatrices y las alegrías me han ido obligando a buscar siempre en mi interior un rayo de luz y de esperanza, un cristalito de optimismo y alegría, un momento para bromear y reírse, para ser capaz de hacer reír a los que me importan, para tratar de restar importancia a las cosas, pero también me han hecho desconfiada y paranoica. Cada pequeño detalle no comprendido o compartido es bueno para rayarme la cabeza, obsesionarme y pensar siempre en lo peor, pero siempre hay un huequito para la risa, para las bromas, para olvidar, para escuchar, y es que incluso en la peor de las tormentas y tempestades hay siempre un trozo de cielo azul.