lunes, 27 de agosto de 2007

Cuando las nubes laten...

A veces miramos al cielo simplemente por mirar. Buscamos evadirnos, abstraernos, olvidarnos del mundanal ruido que nos rodea o del silencio absoluto, a veces más fuerte y taladrante que el ruido de miles de motores, pasos y voces apresuradas. Buscamos un momento de paz. Buscamos un momento con nosotros mismos, y miramos hacia arriba sin buscar nada, sabiendo que no hay nada que vaya a distraernos. Y allí están las maravillas de la naturaleza, una naturaleza caprichosa y antojadiza que por momentos piensa por nosotros... Está allí, nos recuerda aquello que sentimos, nos hace sonreír, contemplarla absortos y me pregunto ¿por qué?, ¿por qué cuando buscamos no pensar hay algo que se empeña en hacernos pensar? ¿es posible levantar la cabeza, buscando mirar al infinito y encontrarse con las formas maravillosamente caprichosas de las nubes y no pensar? A veces se ven fantasmas, a veces pálidas siluetas de animales, a veces.... Tal vez no se vea nada, sino simplemente nuestro inconsciente, más antojadizo si cabe que la caprichosa naturaleza, pueda dibujar aquello que más le apetece, aquello que más fuerza tiene en nuestro interior. Y ahí estaba, un corazón esperando a ser descubierto por el ojo distraído de un transehúnte despistado, yo. Lo vi, lo percibí, lo sentí. Es que nuestro corazón es aquello que no para nunca, nuestro motor, el mundo sólo le da cuerda, sólo le hace sentir... En ocasiones late porque debe darnos fuerzas para acallar nuestro llanto, en ocasiones late para recordarnos que nada debe alejarnos del mundanal ruido, que ahí vivimos. Late para recordarnos que los momentos que vivimos cambian, que la ilusión nos ayuda a seguir, pero que lo único que de verdad nos pertenece es él. Late para recordarnos que lo cuidemos, tal vez por eso mi ojo distraído lo descubrió en la inmensidad azul de un cielo de verano. Tal vez lo descubrió porque lo único que tiene sentido es sentir, sin sentir no somos. Siento que siento todo el rato, sentimientos contradictorios y complementarios... Cosas que me hacen darme cuenta de que la vida es para vivirla y que lo que te hace feliz hoy te puede destrozar mañana, pero ¿qué sería yo si me faltase todo eso? ¿qué sería yo sin mis vulnerable corazón?. Nada, como todos.

Hoy las nubes laten, mientras mi corazón se deja llevar... ¿qué mas? ¿qué más se puede buscar...? Sigo el curso de una vida que sin todos los caminos que he seguido no sería la mía...Y sigo, mi corazón sigue latiendo, sintiendo...

jueves, 2 de agosto de 2007

¿Podemos perdonar?

Cada día nos equivocamos. La cagamos que se dice vulgarmente, ¿para qué ponernos cultos cuando se trata de cosas tan mundanas como el error y el perdón?. Todos nos equivocamos, queremos decir algo y decimos otra cosa, queremos hacer algo y hacemos otra cosa. También acertamos, normalmente cuando creemos habernos equivocado. Un día haces algo y te preguntas por qué, ¿es que todo tiene un por qué, una razón de ser? Eso creemos, por eso cuando acertamos creemos habernos equivocado, pero ¿no será que no nos equivocamos, sino más bien que acertamos de un modo diferente?

Vosotros que estáis ahí, que sois el mundo, mi mundo, acertáis todos los días, cuando hablamos, cuando discutimos, cuando nos vemos, cuando no nos vemos... Simplemente por el hecho de haberos encontrado yo ya tuve un acierto, pero ¿qué sería una vida llena de "aciertos"? Procurad no acertar siempre, para que cuando os equivcoquéis el golpe sea más suave, o más bien, procurad tener una buena almohada de plumas en el suelo...

Yo me equivoqué y os abandoné durante un mes, es imperdonable, pero ¿a que vosotros me podéis perdonar?.